Tareas 2.0: La dimensión digital en el aula de español lengua extranjera
El artículo comienza
definiendo lo que se conoce por web 2.0, web social o web cooperativa. La
principal característica de esta web es que cualquier persona puede crear
contenido, colaborar y participar, sin necesidad de poseer conocimientos
específicos en esta materia. Ejemplos de este tipo de web 2.0 serían Facebook o
Youtube. Es decir, los usuarios ya no son simples receptores de contenido, sino
que a través de la web 2.0 ahora también pueden ser creadores e incluso
compartir el contenido con el resto de usuarios. Como bien indica el artículo,
tres palabras definen esta web: crear, compartir y participar.
En cuanto a la didáctica de las lenguas extranjeras, destaca el carácter accional de las lenguas, es decir, todo hablante utiliza la lengua para realizar acciones en su vida cotidiana. Por lo tanto, si se fusiona la web 2.0 con la perspectiva orientada a la acción en la didáctica de las lenguas extranjeras, da como resultado tareas comunicativas digitales, también llamadas “tareas 2.0”. En este sentido, se considera 2.0 todas aquellas herramientas digitales que cualquier usuario pueda utilizar crear y compartir, y como ya se ha dicho, no es necesario que estos usuarios sean expertos en la materia.
A continuación, los autores del artículo clasifican estas herramientas digitales en dos categorías, atendiendo a la forma en la que circula la información: herramientas verticales, herramientas horizontales y herramientas reticulares. En las herramientas verticales, la información circula de arriba abajo, como es el caso de los blogs, videoblogging y podcasting. En las herramientas horizontales, todos los usuarios pueden ser editores, como sucede con las wikis. Por otro lado, en las herramientas reticulares se parte de un perfil individual y se llega a la red de amigos, conocidos o seguidores. Tal es el caso de Faceboook, Tuenti o Twitter. En esta última, algunos contenidos quedan restringidos a una comunidad de usuarios, impidiendo su libre circulación.
Las herramientas 2.0 tienen una serie de características comunes. En primer lugar, los usuarios ya no se limitan a leer el contenido sino que ahora pueden crearlos ellos mismos. Es decir, han pasado de ser consumidores a lo que denominan prosumidores, o lo que es lo mismo productores y consumidores a la vez. Además, estas herramientas permiten compartir los contenidos creados con el resto de usuarios, lo cual favorecerá un aprendizaje cooperativo y la creación social del conocimiento. Por otro lado, cabe destacar que ya los usuarios no necesitan ningún tipo de conocimiento específico sobre diseño web o programación para poder crear y gestionar los contenidos en la web. Destaca a su vez, la interacción entre los distintos usuarios, ya que gracias a la red 2.0 se puede crear, consumir y distribuir información. Por todo esto, el artículo afirma que “la web 2.0 no es una tecnología, es una actitud”, puesto que permite percibir las cosas de una forma totalmente distinta.
Más adelante, el artículo define el concepto de tarea, señalando que no se trata de un ejercicio, sino de “una actividad o serie de actividades que conducen a un objetivo concreto y común a varios participantes, para cuya consecución será necesaria la cooperación, la comunicación y la negociación entre estos”. Según los autores del artículo, una tarea es en primer lugar, un plan de trabajo. Es decir, para alcanzar el objetivo que se pretende, tiene que existir una planificación y unos pasos a seguir. En segundo lugar, la tarea se centra en el significado y la lengua se utiliza porque se necesita para conseguir un objetivo que les interesa y es significativo para ellos. En tercer lugar, la tarea implica procesos reales del uso de la lengua. Además, puede requerir el uso de cualquiera de las actividades de la lengua, asó como de varias a la vez, como sucede en la vida real. Por otro lado, pone en marcha procesos cognitivos, y finalmente, termina con un producto claramente comunicativo.
Para crear tareas 2.0 se necesita la web 2.0, es decir, debe dar la posibilidad de crear contenido y compartirlo con el resto de usuarios de la web, para así poder participar en lo que se denomina “gran conversación digital”. Como se ha explicado previamente, en la perspectiva orientada a la acción la lengua se utiliza como herramienta para conseguir un objetivo, para hacer algo. Por lo tanto, el objetivo de una tarea 2.0 debe seguir esta misma idea y perseguir un objetivo. La idea no es crear un blog y ya está, sino utilizar ese blog para algo más concreto, como crear un portfolio digital. El uso de la tecnología es, al igual que la lengua, un vehículo para conseguir un objetivo final.
En una clase de ELE, los alumnos deberían ser los que elaboren sus propias tareas 2.0 con ayuda del profesor, lo cual requeriría que el docente poseyera un cierto conocimiento acerca del uso de estas herramientas para así poder ayudarlos cuando sea necesario. Por otro lado, la evaluación de estas tareas 2.0 debe seguir unos parámetros similares a los expuestos anteriormente. En primer lugar, la evaluación tendrá en cuenta los estilos de aprendizaje y necesidades de sus alumnos. Además, requiere la participación y negociación por parte de los alumnos, ya que es importante incluirlos en este proceso del aprendizaje. Asimismo, no solo hay que evaluar el producto final de las tareas 2.0, sino también el proceso y los pasos que se han seguido hasta conseguir ese producto final. A su vez, la evaluación se lleva a cabo de modo triangular en la que se incluye la evaluación docente, la autoevaluación y la co-evaluación. Finalmente, las herramientas digitales que se utilicen deben ser aplicaciones que los alumnos utilicen en su vida diaria, para que así sea más realista y auténtico.
El artículo concluye mencionando las investigaciones que se están llevando a cabo en cuanto a los procesos de enseñanza y aprendizaje en la actualidad, así como del papel de la dimensión digital. Lo que los autores llaman aprendizaje 2.0 se caracteriza por: aprender haciendo, interactuando, buscando y compartiendo.
En cuanto a la didáctica de las lenguas extranjeras, destaca el carácter accional de las lenguas, es decir, todo hablante utiliza la lengua para realizar acciones en su vida cotidiana. Por lo tanto, si se fusiona la web 2.0 con la perspectiva orientada a la acción en la didáctica de las lenguas extranjeras, da como resultado tareas comunicativas digitales, también llamadas “tareas 2.0”. En este sentido, se considera 2.0 todas aquellas herramientas digitales que cualquier usuario pueda utilizar crear y compartir, y como ya se ha dicho, no es necesario que estos usuarios sean expertos en la materia.
A continuación, los autores del artículo clasifican estas herramientas digitales en dos categorías, atendiendo a la forma en la que circula la información: herramientas verticales, herramientas horizontales y herramientas reticulares. En las herramientas verticales, la información circula de arriba abajo, como es el caso de los blogs, videoblogging y podcasting. En las herramientas horizontales, todos los usuarios pueden ser editores, como sucede con las wikis. Por otro lado, en las herramientas reticulares se parte de un perfil individual y se llega a la red de amigos, conocidos o seguidores. Tal es el caso de Faceboook, Tuenti o Twitter. En esta última, algunos contenidos quedan restringidos a una comunidad de usuarios, impidiendo su libre circulación.
Las herramientas 2.0 tienen una serie de características comunes. En primer lugar, los usuarios ya no se limitan a leer el contenido sino que ahora pueden crearlos ellos mismos. Es decir, han pasado de ser consumidores a lo que denominan prosumidores, o lo que es lo mismo productores y consumidores a la vez. Además, estas herramientas permiten compartir los contenidos creados con el resto de usuarios, lo cual favorecerá un aprendizaje cooperativo y la creación social del conocimiento. Por otro lado, cabe destacar que ya los usuarios no necesitan ningún tipo de conocimiento específico sobre diseño web o programación para poder crear y gestionar los contenidos en la web. Destaca a su vez, la interacción entre los distintos usuarios, ya que gracias a la red 2.0 se puede crear, consumir y distribuir información. Por todo esto, el artículo afirma que “la web 2.0 no es una tecnología, es una actitud”, puesto que permite percibir las cosas de una forma totalmente distinta.
Más adelante, el artículo define el concepto de tarea, señalando que no se trata de un ejercicio, sino de “una actividad o serie de actividades que conducen a un objetivo concreto y común a varios participantes, para cuya consecución será necesaria la cooperación, la comunicación y la negociación entre estos”. Según los autores del artículo, una tarea es en primer lugar, un plan de trabajo. Es decir, para alcanzar el objetivo que se pretende, tiene que existir una planificación y unos pasos a seguir. En segundo lugar, la tarea se centra en el significado y la lengua se utiliza porque se necesita para conseguir un objetivo que les interesa y es significativo para ellos. En tercer lugar, la tarea implica procesos reales del uso de la lengua. Además, puede requerir el uso de cualquiera de las actividades de la lengua, asó como de varias a la vez, como sucede en la vida real. Por otro lado, pone en marcha procesos cognitivos, y finalmente, termina con un producto claramente comunicativo.
Para crear tareas 2.0 se necesita la web 2.0, es decir, debe dar la posibilidad de crear contenido y compartirlo con el resto de usuarios de la web, para así poder participar en lo que se denomina “gran conversación digital”. Como se ha explicado previamente, en la perspectiva orientada a la acción la lengua se utiliza como herramienta para conseguir un objetivo, para hacer algo. Por lo tanto, el objetivo de una tarea 2.0 debe seguir esta misma idea y perseguir un objetivo. La idea no es crear un blog y ya está, sino utilizar ese blog para algo más concreto, como crear un portfolio digital. El uso de la tecnología es, al igual que la lengua, un vehículo para conseguir un objetivo final.
En una clase de ELE, los alumnos deberían ser los que elaboren sus propias tareas 2.0 con ayuda del profesor, lo cual requeriría que el docente poseyera un cierto conocimiento acerca del uso de estas herramientas para así poder ayudarlos cuando sea necesario. Por otro lado, la evaluación de estas tareas 2.0 debe seguir unos parámetros similares a los expuestos anteriormente. En primer lugar, la evaluación tendrá en cuenta los estilos de aprendizaje y necesidades de sus alumnos. Además, requiere la participación y negociación por parte de los alumnos, ya que es importante incluirlos en este proceso del aprendizaje. Asimismo, no solo hay que evaluar el producto final de las tareas 2.0, sino también el proceso y los pasos que se han seguido hasta conseguir ese producto final. A su vez, la evaluación se lleva a cabo de modo triangular en la que se incluye la evaluación docente, la autoevaluación y la co-evaluación. Finalmente, las herramientas digitales que se utilicen deben ser aplicaciones que los alumnos utilicen en su vida diaria, para que así sea más realista y auténtico.
El artículo concluye mencionando las investigaciones que se están llevando a cabo en cuanto a los procesos de enseñanza y aprendizaje en la actualidad, así como del papel de la dimensión digital. Lo que los autores llaman aprendizaje 2.0 se caracteriza por: aprender haciendo, interactuando, buscando y compartiendo.
Herrera, Franciso y Conejo, Emilia, 2009. "Tareas 2.0: la dimensión digital en el aula de español lengua extranjera", Marcolele, 9.